El activo amarillo se ha mostrado muy volátil en los últimos días. El lunes cayó, el martes subió ligeramente, el miércoles se desplomó hasta un mínimo de dos semanas y el jueves encontró fuerzas para volver a levantarse de las rodillas.

La caída del oro a mediados de la semana laboral fue significativa. El miércoles, en medio de la fortaleza del dólar y el aumento de los rendimientos de los bonos estadounidenses a 10 años, el oro se desplomó hasta su nivel más bajo desde el 8 de julio y apenas logró mantenerse por encima de la marca psicológica de los 1.800 dólares.

Sin embargo, el juego cambió ayer. El billete verde no logró mantener parte de su posición. Los rendimientos de los bonos también se movieron en la dirección opuesta. El indicador bajó tras la publicación de los datos del mercado laboral estadounidense.

Las estadísticas publicadas fueron peores de lo esperado. Durante la semana, el número de solicitudes de subsidio de desempleo en EE.UU. creció en 51.000 y alcanzó su valor máximo desde mayo: 419.000. Por su parte, los analistas esperaban que el indicador descendiera a 350.000.

Los débiles datos del mercado laboral indican que la Fed se abstendrá de recortar los estímulos y de subir las tasas de interés en un futuro próximo. Esta es una llamada de atención para el dólar, pero una buena señal para el oro.

Tras recibir apoyo, el activo amarillo cerró ayer a 1.805,40 dólares en el COMEX de Nueva York. La diferencia con respecto a la operación anterior fue de 2 dólares, es decir, un 0,1%.

Otros metales populares subieron en línea con el oro. La plata subió un 0,5%, hasta 25,38 dólares. El cobre sumó un 1,5% para cotizar a 4,34 dólares. El platino subió un 1,4%, hasta 1.090,60 dólares. El paladio ganó un 1,9%, hasta los 2.704,60 dólares.

Los analistas indican que el optimismo generalizado en los mercados contribuyó al movimiento alcista de los metales, mientras que para el oro, por el contrario, es un factor de contención. Por esta razón, el activo se ha mantenido en un rango de precios muy estrecho durante mucho tiempo.

Esta semana, el corredor se ha reducido aún más. Ahora el oro oscila lentamente entre 1.795 y 1.805 dólares. Los precios del activo muestran una volatilidad extremadamente baja. Sin embargo, esto, según los expertos, es una señal positiva.

- La consolidación actual ofrece al oro una excelente oportunidad para recuperarse en los próximos días, pero con la condición de que la divisa estadounidense no se fortalezca", dijo el analista de ActivTrades Carlo Alberto De Casa.

Por su parte, los precios de los metales se mantienen esta mañana apáticos y estables. Los precios, que no mostraron ninguna tendencia uniforme desde el comienzo de la semana, no pueden decidir la dirección del movimiento al final de la semana.

En el momento de escribir este artículo, el precio del activo amarillo ha bajado de forma insignificante: un 0,05%. En ese momento, las barras se mantuvieron por encima del nivel clave, cayendo a 1.804,5 dólares.

Los analistas confían en que la apatía de la próxima semana dé paso a un movimiento más intenso. La reunión de la Reserva Federal de EE.UU., prevista para los días 27 y 28 de julio, podrá agitar las cosas. Los inversores esperan nuevos comentarios del regulador sobre su política monetaria. Cada reunión de la Fed tiene un impacto en el dólar, que se refleja en el valor del metal precioso.