Los resultados de la reunión del RBA de agosto decepcionaron a los compradores del AUD/USD. El dólar australiano no pudo mantenerse por encima del nivel de resistencia de 0,7000, a pesar de haber ganado impulso durante varios días antes de la reunión. Por un lado, las expectativas de línea dura que empujaron al par al alza estaban plenamente justificadas: el Banco de la Reserva de Australia aumentó la tasa de interés en 50 puntos básicos por tercera vez consecutiva. Por otro lado, el regulador expresó una retórica bastante cautelosa después del hecho y también dio señales bastante alarmantes (para los compradores de AUD/USD). Dado que el aumento de 50 puntos en la tasa estaba totalmente integrado en los precios actuales, los participantes del mercado se centraron en nuevas perspectivas de endurecimiento de la política monetaria. Y estas, a su vez, resultaron ser muy vagas.
Sin embargo, es bastante posible sacar ciertas conclusiones basadas en los resultados de la reunión de agosto. Y estas conclusiones no están a favor del dólar australiano. Cabe señalar de inmediato que el regulador no se negó a aumentar la tasa de interés: la declaración adjunta indica una alta probabilidad de un mayor endurecimiento de la política monetaria. Al mismo tiempo, el Banco Central hizo la salvedad de que "este tipo de decisiones no se toman con anticipación". Pero ese ni siquiera es el punto. El RBA se verá obligado a seguir aumentando la tasa de interés, la única pregunta es la tasa de aumento. Y aquí juega un papel importante la redacción del comunicado final.
Así, tras los resultados de la reunión de agosto, el regulador indicó que el aumento de tasas "fue un paso más hacia la normalización de la política monetaria". Esta redacción difiere de las conclusiones de las reuniones anteriores. Al comentar sobre el aumento de la tarifa en reuniones anteriores, los miembros del RBA anunciaron la "cancelación de los incentivos de emergencia". Además, el Banco Central de Australia no se pronunció sobre la necesidad de devolver la inflación subyacente al rango meta dentro del próximo año, afirmando que esta tarea se logrará "en algún tiempo". Al mismo tiempo, el Banco Central incluyó la frase "mantener la economía en un estado estable" en el texto del comunicado adjunto.
Por un lado, este es un juego de palabras menor, pero es un mensaje bastante fuerte, inequívoco y claro que indica que el regulador australiano está abandonando el ritmo agresivo de aumento de las tasas de interés. En términos prácticos, esto significa que en la reunión de septiembre, es probable que el RBA aumente la tasa en 25 puntos básicos, llevándola al objetivo del 2,1 %, después de lo cual tomará una posición de espera hasta la reunión de febrero de 2023. Al menos, este escenario fue expresado repetidamente por los estrategas de divisas de varios grandes bancos incluso antes de la reunión de agosto. La razón de tal razonamiento fue el último informe sobre el crecimiento de la inflación en Australia. En el segundo trimestre, el índice de precios al consumidor se desaceleró inesperadamente a 1,8 % intertrimestral (con una previsión de caída de 1,9 %). Durante los tres trimestres anteriores, este indicador mostró una tendencia ascendente constante, alcanzando un máximo de 2,1 % en el primer trimestre.
En otras palabras, a pesar del aumento de 50 puntos en la tasa de interés, muchos operadores concluyeron que los resultados de la reunión de agosto son de naturaleza "dócil". Según las previsiones actualizadas del RBA, la inflación en Australia el próximo año se mantendrá "muy por encima del rango objetivo". Al mismo tiempo, ya no hay una frase en el texto de la declaración adjunta sobre la terminación del apoyo monetario de emergencia. Además, el RBA no establece una tarea para volver al rango de inflación objetivo dentro del próximo año (reemplazando este objetivo de tiempo con un vago concepto de "con el tiempo"). En cambio, el regulador mencionó la necesidad de mantener la economía del país "en un estado estable". La combinación de estas señales sugiere que el Banco de la Reserva de Australia no se apresurará a normalizar rápidamente las condiciones monetarias. Los miembros del Banco Central no dijeron nada sobre los efectos secundarios del endurecimiento agresivo de la política monetaria, pero este mensaje se lee claramente entre líneas. Por lo tanto, podemos suponer que al menos este año el RBA no decidirá sobre otra subida de tipos de 50 puntos. Este hecho decepcionó a los compradores del AUD/USD, luego de lo cual el par dio un giro de 180 grados, interrumpiendo la tendencia alcista.
En mi opinión, el dólar australiano ha perdido hoy una carta de triunfo importante, lo que le ayudó a contraatacar a la moneda estadounidense. Ahora la tarea se vuelve más complicada: los retrocesos alcistas a gran escala del AUD/USD solo son posibles si el dólar se debilita. Por lo tanto, en mi opinión, las posiciones cortas en ráfagas correctivas siguen siendo recomendables para el par. El principal objetivo a la baja es 0,6870 (la línea promedio del indicador de Bandas de Bollinger en el marco de tiempo D1 que coincide con la línea Kijun-sen).
Además, no debemos olvidarnos de la geopolítica. Hoy, el principal tema global es el agravamiento en torno a Taiwán. Desde ayer, ha estado circulando en el campo de la información (oficialmente, sin embargo, no confirmada por nadie) que la presidenta de la Cámara de Representantes de los EE. UU., Nancy Pelosi, aterrizará en Taiwán hoy (aproximadamente a las 13:00-14:00 UTC). China, a su vez, promete usar medidas extremadamente duras en respuesta, "hasta una respuesta militar". La situación es extremadamente tensa y explosiva, por lo que hasta que se resuelva, es mejor abstenerse de operar en el mercado de divisas en principio. Al día siguiente, quedará claro si los Estados Unidos decidirán sobre tal escalada o se limitarán solo a maniobras demostrativas.
