La libra se mantuvo firme en mínimos tras la publicación del informe de ventas minoristas del Reino Unido. Las cifras superaron con creces las previsiones de los economistas. En consecuencia, se alivió la presión sobre la libra que se acumuló en la confianza del consumidor del Reino Unido en mínimos históricos. La caída de la confianza del consumidor se produjo en medio de crecientes riesgos de recesión. La inflación vertiginosa ejerció una presión adicional sobre los hogares.

Según el informe de GfK, la confianza del consumidor cayó a -44 en agosto, el nivel más bajo desde 1974. Todos los indicadores cayeron, con el peor pronóstico para las finanzas personales.

Los datos tienen en cuenta un aumento en la tasa de inflación anual del 10,1 % el mes pasado que dio lugar a precios más altos de los alimentos, la energía y la ropa. El Banco de Inglaterra prevé que la inflación supere el 13 % en los próximos meses. Esto tendrá un efecto adverso en los consumidores, cuyos salarios reales están cayendo a un ritmo récord. Los consumidores ya están lidiando con el aumento de los costos o temen tener que reducir drásticamente sus gastos en el futuro.

La encuesta reciente de Lloyds Bank muestra que nueve de los 14 sectores del Reino Unido informaron una caída de la producción en julio. Además, diez sectores reportaron una demanda decreciente, con el mayor impacto en el turismo y la recreación. La presión inflacionaria ahora depende no solo de la postura monetaria del BoE sino también de la demanda. Una caída en los ingresos reales será buena para la presión inflacionaria pero dañará el crecimiento económico. El informe de GfK dice que la confianza fue la más baja en un año y las previsiones para las finanzas personales cayeron por debajo de las cifras del año pasado. El índice que mide qué tan dispuestas están las personas a hacer grandes compras se desplomó 35 puntos a -38 respecto al año anterior.

Mientras tanto, las ventas minoristas en el Reino Unido aumentaron un 0,3 % en julio, superando las previsiones del mercado. Un aumento del 4,8 % en las ventas minoristas sin tiendas impulsó las compras y compensó una disminución en las ventas de las tiendas que no son de alimentos. Aún así, estos resultados positivos se vieron contrarrestados por una caída récord en la confianza del consumidor.

Estas cifras también muestran que el valor de las ventas minoristas aumenta considerablemente mientras que los volúmenes se estancan. Los precios más altos también significan que los consumidores todavía están dispuestos a pagar más por la misma cantidad de bienes.

El Banco de Inglaterra ahora se está enfocando en llevar la inflación al objetivo del 2%, por lo que es probable que sigan más aumentos de tasas. Los inversores prevén que la tasa de referencia suba 50 puntos básicos hasta el 2,25 % a corto plazo y por encima del 3,5 % a mediados del próximo año.

La libra extiende la tendencia bajista y los datos de hoy difícilmente infundirán optimismo en el mercado. Los alcistas deberían consolidarse por encima del soporte de 1,1880. De lo contrario, no veremos que la moneda se recupere pronto. En tal caso, los objetivos se ven en 1,1840 y 1,1800. El precio podría dirigirse hacia 1,1760 si se produce una ruptura a través del rango. Si la cotización rompe por encima de 1,1935, la tendencia bajista se detendrá. Esto permitirá que el precio se recupere a 1,1980 y 1,2010.

El euro también es bajista. Si la cotización regresa a 1,0100 y lo supera, el poder alcista podría aumentar. En tal caso, los objetivos se ven en 1,0130 y 1,0160. Si el euro extiende la carrera bajista, el poder bajista aumentará, sin esperanza de corrección. En este sentido, el euro podría dirigirse hacia 1,0030 y luego alcanzar la paridad con el dólar estadounidense en torno a 1,0000.