El oro está recuperando gradualmente el impulso. El metal precioso aún no ha desarrollado una recuperación constante. Sin embargo, los inversores apuestan por su crecimiento. El mes pasado, las cotizaciones de oro cayeron en picada en medio de la pandemia de coronavirus. Esta depresión sorprendió a los inversores, ya que el oro sirve como refugio tradicional en tiempos de turbulencia del mercado. Sorprendentemente, el oro se desplomó por debajo del nivel de $1,500 por onza troy desde máximos de varios años de casi $1,700, por lo que se desvanecen las esperanzas de su avance. En otras palabras, el metal precioso no justificó su condición de refugio seguro. Esto fue una sorpresa desagradable para el Banco de Rusia, ya que el regulador había estado aumentando sus reservas de oro durante algunos años. El banco central de Rusia se ha convertido en el mayor comprador de oro del mundo. Es importante destacar que sus reservas de oro y divisas aumentarán su valor, beneficiándose de la recuperación de los precios del oro. La reciente caída de las cotizaciones del oro causó pérdidas en la cartera del banco central. Si el Banco de Rusia hubiera invertido en dólares estadounidenses y bonos del Tesoro, dicha inversión habría arrojado rendimientos mucho más altos. Sin embargo, el regulador tuvo que vender casi todos los bonos del Tesoro en 2018 evadiendo la amenaza de las inminentes sanciones estadounidenses. Desafortunadamente, el regulador tomó la mala decisión de comprar el yuan chino en el pico de su valor. Poco después, el Banco Popular de China devaluó la moneda nacional. Como resultado, las reservas de divisas de Rusia disminuyeron drásticamente en valor.