El gobierno de los Estados Unidos respondió rápidamente a la crisis del coronavirus. A fines de marzo, el Senado de los Estados Unidos aprobó una ley de paquete de estímulo de $2.2 billones para mitigar el impacto de la recesión económica causada por la pandemia. El paquete de estímulo presenta un amplio programa de apoyo que incluye pagos directos únicos a individuos y medidas de apoyo para grandes y pequeñas empresas. El paquete incluye un programa de préstamos de $350 mil millones y alivio tributario salarial para pequeñas empresas y $250 mil millones en beneficios de seguro de desempleo. Se asignarán más de $46 mil millones para combatir el coronavirus y se otorgarán $500 mil millones en préstamos para una llamada caja creada para rescatar a compañías en dificultades. El paquete de estímulo de emergencia es probablemente mejor conocido por sus pagos directos únicos de $1,200 a contribuyentes con ingresos de hasta $75,000 por año. Además, las familias recibirán $500 adicionales por niño. Sin embargo, estas medidas fiscales no se aplican a las empresas controladas por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, así como por miembros del Congreso y la administración de Trump. Este es el paquete de rescate más grande en la historia de los Estados Unidos y se espera que ayude a revivir tanto la economía estadounidense como la global. Este paquete de estímulo por el coronavirus, junto con las medidas tomadas anteriormente por la Reserva Federal de los Estados Unidos, ha aumentado las esperanzas de una posible mejora en la situación económica.