El año bisiesto 2020 será recordado como apocalíptico para la economía global. No existe casi ningún país del mundo que no se haya visto afectado por la crisis provocada por el coronavirus. Toda la economía mundial ha caído en una severa recesión prolongada. En particular, los países avanzados son más vulnerables a las secuelas de la pandemia. La UE, que comprende 27 países, ha sido la que más sufrió por el nuevo coronavirus en términos del número de muertos y las terribles tasas de infección. Según las previsiones más optimistas de la Comisión Europea, se espera que la economía de la UE se reduzca más del 7% este año. La recesión va acompañada de un aumento del desempleo. Los paquetes de estímulo introducidos por el BCE y los gobiernos de la UE requieren un gasto presupuestario enorme que seguramente aumentará la deuda pública. En la actualidad, las autoridades de la UE lograron eliminar la propagación del coronavirus mediante estrictas medidas de cuarentena. Sin embargo, los expertos no descartan la segunda ola del COVID-19 más adelante este año. Si el virus está realmente contenido, este es el mejor de los casos. Por lo tanto, existe una pequeña posibilidad de que los países de la UE revelen signos de recuperación el próximo año. Mientras tanto, las consecuencias de la pandemia se están esparciendo en todo el mundo causando estragos en la economía global y pérdidas masivas de empleos. Además de la UE, la economía de los Estados Unidos también se enfrenta a un desafío difícil. Más de 20 millones de estadounidenses solicitaron beneficios de desempleo durante la paralización de marzo y abril.