En 2016, se suponía que el gigante energético ruso se convertiría en la primera compañía de billones de dólares del mundo. Sin embargo, comenzó a correr un negocio perdedor. El beneficio neto de Gazprom en el primer trimestre disminuyó por primera vez en toda su historia. La cantidad de pérdida ascendió a 306 mil millones de rublos. En particular, Europa, el mayor importador de gas ruso, no estuvo en cuarentena en el primer trimestre. Además, el período de invierno se considera tradicionalmente el mejor para el conglomerado energético ruso debido a la demanda de gas y, por lo tanto, los ingresos generalmente alcanzan los niveles más altos. Además, anteriormente, cuando Gazprom sufrió algunas pérdidas en el segundo y tercer trimestre, fueron compensados por el primer trimestre más rentable. A veces, sus ingresos del primer trimestre alcanzaron la mitad de las ganancias anuales. El cuarto trimestre que se relaciona en parte con el período de invierno también es de gran importancia. Sin embargo, dada la situación actual en el mercado energético, las ganancias del cuarto trimestre difícilmente ayudarán a la compañía a recuperarse. Ahora el mayor desafío para el liderazgo de Gazprom es explicar su fracaso. La pandemia de coronavirus y las sanciones útiles no pueden ser la razón. Lo único a lo que la compañía puede echarle la culpa es al clima; es decir, al invierno anormalmente cálido.