La lira turca ha sido maltratada por la sepa del coronavirus. Al igual que el rublo ruso, la moneda turca puede competir por el título de la moneda más débil de 2020. Además de la fuerte depreciación frente al dólar estadounidense, hay algo en común entre esas monedas en términos de fundamentos económicos. Las autoridades monetarias han adoptado la misma postura bajo la crisis económica. Los bancos centrales de Rusia y Turquía afirman que están tomando medidas fiscales apropiadas para estabilizar las tasas de divisas de sus monedas nacionales. Por extraño que parezca, estos esfuerzos han sido en vano. Mientras tanto, el rublo y la lira se han estancado firmemente en mínimos históricos. Los reguladores en ambos países carecen de independencia cediendo ante la presión de los gobiernos. No es de extrañar que los participantes del mercado no estén interesados en operar el rublo y la lira. En la actualidad, la lira turca ha quedado atrapada en los niveles más débiles desde la crisis financiera local de 2018. Este año, la lira ha caído más del 18% frente al dólar estadounidense debido a una política monetaria ineficiente junto con el impacto devastador del COVID-19. Entonces, el país está preparado para la segunda recesión en menos de dos años. Turquía apeló a la Reserva Federal y a otros bancos centrales para obtener ayuda financiera porque sus reservas netas de divisas se han reducido a $25 mil millones en 2020 de $40 mil millones. Además, Turquía tiene que lidiar con una enorme deuda pública que se ha disparado a $170 mil millones este año.