Durante la 73ª Asamblea Mundial de la Salud, celebrada bajo los auspicios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el presidente chino, Xi Jinping, se comprometió a brindar ayuda financiera a los países gravemente afectados por el coronavirus. "China entregará 2 mil millones de dólares estadounidenses durante dos años para ayudar en la respuesta al Covid-19 y el desarrollo económico y social de los países afectados, especialmente en los países en vías de desarrollo", dijo Xi. Algunos expertos piensan que con esa medida, China está tratando de suavizar la situación. Muchos países ya cuestionan abiertamente el papel de China en el brote de coronavirus. Además, los funcionarios chinos han sido acusados de minimizar la gravedad y el contagio del virus. Actualmente, China está políticamente en la retaguardia y está haciendo todo lo posible para mejorar su imagen maltratada. Además, esta cantidad de ayuda financiera no es tan grande y China pagaría mucho más si fuera acusada por el brote del virus. Para los países desarrollados, este dinero es como una gota en el océano. Es por eso que China declaró que la ayuda financiera se asignaría en primer lugar entre los países del tercer mundo. Algunos expertos suponen que Pekín simplemente está tratando de comprar la lealtad de algunos países. No hace mucho, China también brindó ayuda financiera a la Organización Mundial de la Salud. Curiosamente, sucedió después de que Estados Unidos criticara públicamente a la OMS y suspendiera su financiación. China expresó de inmediato su disposición a cooperar con la OMS. Sin embargo, al mismo tiempo, se negó a permitir que los expertos de la OMS investiguen el origen del coronavirus. Parece que China está jugando un doble juego pero aún sin éxito.