La pandemia de coronavirus cuesta a muchos países de todo el mundo cientos de miles de millones de dólares. Las medidas destinadas a combatir la propagación del COVID-19 están imponiendo una carga enorme a sus presupuestos federales. Incluso las naciones más adineradas, que siguen de cerca el tamaño de sus deudas, tienen que pedir préstamos.

Como resultado, la pandemia, que requiere suficiente financiación pública, ha obligado a la eurozona a contraer deudas abrumadoras. La carga total de la deuda de 19 países europeos está a punto de superar el tamaño total de la economía de la eurozona en 2020. Según la Comisión Europea, este pronóstico puede considerarse un hecho consumado. Si las autoridades de la UE siguen pidiendo préstamos, es probable que la relación entre la deuda pública y el producto interno bruto en la eurozona aumente hasta el 101,7% para finales de año respecto al 85,9% de 2019. Al evaluar las perspectivas económicas de la región en 2021 y 2022, la Comisión Europea cree que la deuda pública difícilmente caerá por debajo del 100% del PIB. Como se indica en un informe, el impacto económico negativo de la pandemia podría ser más severo en términos de crecimiento lento y tasas de desempleo más altas que las asumidas en esta hipótesis de base.

La Comisión Europea espera que la economía de la UE se contraiga un 7,4% antes de recuperarse un 4.1% en 2021. Además, predice que la economía global caerá un 3.8% en lugar de 2.9%.