El Salvador se ha convertido en el primer país en adoptar bitcoin como moneda de curso legal. Sin embargo, estas novedades no animaron a toda la población. Algunos ciudadanos incluso salieron a las calles para impugnar esta controvertida decisión del presidente Nayib Buquele.

En San Salvador, la capital de El Salvador, unas 1,000 personas asistieron a las protestas callejeras. Exigen cancelar el decreto del gobierno que reconoce a bitcoin como moneda nacional. El principal motivo del descontento fue el temor de que la introducción de la criptomoneda promueva la corrupción, que ya está floreciendo en América Latina. Además, los jubilados locales no quieren recibir sus pensiones en una moneda inestable.

"Sabemos que esta moneda fluctúa drásticamente. Su valor cambia de un segundo a otro y no tendremos control sobre ella", dijo un representante del sindicato de la Corte Suprema en protesta. Los funcionarios del Fondo Monetario Internacional no podrían estar más de acuerdo. Según ellos, bitcoin como moneda oficial parecía poco confiable. El FMI advirtió que el gobierno corre el riesgo de hacer que los precios internos sean volátiles. Además, será más difícil combatir el lavado de dinero y lograr la neutralidad en carbono.

El medio de pago oficial en El Salvador era el dólar estadounidense. Sin embargo, a partir del 7 de septiembre, bitcoin recibió el estatus de instrumento financiero legal. La ley correspondiente fue aprobada por el Congreso a principios de junio. Según el presidente Nayib Bukele, esta medida ayudará a crear puestos de trabajo en el país y hará que las inversiones financieras sean más asequibles para muchos ciudadanos.