Según el analista de Bloomberg Julian Lee, la intención de Europa de reducir a cero las exportaciones de petróleo de Rusia plantea riesgos significativos para la estabilidad económica de la región.

Lee cree que el plan de los países occidentales de dejar de comprar petróleo ruso equivale a un suicidio económico. En particular, El estratega llamó la atención sobre la postura de Hungría, Eslovaquia y Croacia, que se negaron a apoyar el embargo petrolero planeado contra Rusia en los próximos seis meses. Las refinerías se construyeron allí específicamente para procesar la mezcla particular de crudo bombeado desde Rusia. Por eso, la búsqueda de alternativas será un gran desafío para estos países, explicó.

Aunque imponer sanciones a las exportaciones de productos refinados de Rusia plantea una serie de problemas, Lee no ve ninguna razón para abandonar el objetivo de poner fin a las compras de crudo ruso por parte de Europa. Dado que los productos petroleros requieren crudo de ciertas características, la Unión Europea debería reducir su dependencia del suministro de petróleo ruso a través de una reducción secuencial de esos volúmenes, agregó.