Recientemente, Turquía ha demostrado ser un puente crucial entre Europa y Rusia. No hace mucho tiempo, el presidente turco, Recep Erdoğan, logró lo inalcanzable. Invitó a funcionarios rusos, ucranianos y estadounidenses a la mesa de negociaciones para discutir el acuerdo de exportación de granos, de importancia crítica para la seguridad alimentaria mundial. Como resultado, países que ahora son extremadamente hostiles entre sí firmaron el acuerdo bajo los auspicios del presidente Erdogan.

Inspirado por el éxito, Erdogan ha propuesto crear el Corredor de Gas del Sur para mitigar la crisis energética en Europa. Además, ayudará a Turquía a convertirse en un importante estado de tránsito de gas y un centro energético clave. El borrador del nuevo corredor de energía se mantiene en secreto. El proyecto será presentado en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) en Uzbekistán. El proyecto tiene como objetivo el tránsito de gas natural licuado (GNL) a través de Turquía para reducir el suministro de combustible ruso en medio de problemas con los equipos de Nord Stream 2.

El Corredor de Gas del Sur que se extiende desde el área del Mar Caspio en Azerbaiyán requiere inversiones adicionales para aumentar el suministro de gas a Europa. La UE quiere aumentar la capacidad del Corredor de Gas del Sur y TAP de 10 a 20 mil millones de metros cúbicos. Sin embargo, necesita inversiones para mejorar la capacidad de TANAP de 16 mil millones a 24 mil millones de metros cúbicos y luego a 31 mil millones de metros cúbicos, informaron medios turcos.