El oro no repuntó a pesar de los datos decepcionantes del mercado laboral estadounidense.

Evidentemente, los analistas se equivocaron con sus pronósticos económicos.

Pero a pesar de que el oro alcanzó brevemente un máximo de dos semanas, no pudo superar los $ 1,780.

Parece que los inversores todavía están centrados en la política monetaria estadounidense, ignorando los datos de septiembre sobre las nóminas no agrícolas. Muchos ya esperaban esto porque el informe haría muy poco para cambiar la postura de la Fed sobre la reducción gradual de los bonos. El banco central está decidido a reducir sus compras mensuales para fin de año, sin mencionar el cambio de política monetaria.

Las continuas presiones inflacionarias también obstaculizan cualquier repunte en el mercado del oro. También hay una crisis energética global, que empuja los precios del petróleo y el gas a máximos de varios años. Esto hace que los analistas especulen que las presiones inflacionarias serán mucho más severas de lo que esperan los bancos centrales.

Como tal, los participantes del mercado evalúan acciones más agresivas de los bancos centrales.

Pero antes de que todos los inversores en oro comiencen a liquidar sus activos, no estaría de más notar que cualquier cosa podría suceder en los próximos 12 meses. Existe la posibilidad de que los mercados estén sobrestimando la agresividad de la Fed y otros bancos centrales cuando se trata de ajustar las tasas de interés.

De hecho, Jefferies Group dijo que los precios del oro podrían subir a $5,500 a largo plazo, explicando que será más fácil para los bancos centrales aplicar políticas monetarias no convencionales que salir de ellas.

Los analistas de Bloomberg también son optimistas sobre el oro, ya que un estratega, Mike McGlone, dijo que el metal amarillo pronto volverá a su punto máximo.