Canadá es el cuarto mayor productor de petróleo, con ingresos que representan el 5% del PIB. Recientemente, hizo uno de los compromisos climáticos más ambiciosos del mundo: reducir las emisiones en un 40% - 45% para 2030.

Sin embargo, se espera que la producción de petróleo crezca alrededor de un 18% ese año, dijo el Financial Times. Eso es alrededor de 4 millones de barriles de petróleo crudo por día.

Sin embargo, el primer ministro Justin Trudeau se comprometió formalmente en la cumbre COP26 en noviembre pasado, prometiendo que limitaría las emisiones en la industria petrolera.

El CEO de uno de los principales productores de petróleo de Canadá, Cenovus, comentó que la compañía no se opone a imponer un límite a las emisiones siempre que el gobierno se dé cuenta de que no sucederá de la noche a la mañana.

La minería de arenas bituminosas es la más intensa en términos de emisiones. La industria fue objeto de críticas tan fuertes por su huella de carbono que finalmente la hizo actuar, especialmente porque la fuerte demanda de petróleo impulsó los resultados a pesar de la pandemia, liberando más dinero para invertir tanto en la producción como en la reducción de emisiones.

Las inversiones para reducir las emisiones también deberán aumentar, ya que el plan del gobierno incluye reducir las emisiones máximas permitidas cada cinco años.

En diciembre pasado, el Regulador de Energía de Canadá estimó que la producción total de petróleo podría alcanzar un máximo de 5,8 millones de barriles para 2032, un poco más que los 5 millones de barriles por día actuales.

Con el lanzamiento de nuevas capacidades del gasoducto, se espera que la producción aumente aún más. Cenovus y Suncor proyectan que la producción aumentará entre 4% y 5% este año, es decir, 800.000 bpd y 770.000 bpd, respectivamente. Y dado que es probable que la demanda se mantenga fuerte, la producción aumentará aún más en los próximos años.

Es difícil resistirse al atractivo del petróleo crudo barato, la mayor parte del cual va al extranjero, generando ganancias significativas. Basándose en las declaraciones de Wilkinson en una entrevista con el Financial Times, Canadá no tiene la intención de resistirse a esto, incluso cuando su postura sobre las emisiones se está volviendo cada vez más agresiva.

Quizás, Canadá podría convertirse en un buen ejemplo debido a su persistencia tanto en la reducción de emisiones como en el mantenimiento del flujo de petróleo. Pero eso solo sucederá si la industria y el gobierno unen sus fuerzas para reducir las emisiones, o si el gobierno establece objetivos que la industria considera más realistas. En cualquier caso, se necesitarán compromisos.