La inmigración ilegal en los países europeos es uno de los problemas más serios. La pandemia de coronavirus ha ayudado de alguna manera a resolverlo. El flujo de inmigrantes legales e ilegales se detuvo cuando las personas decidieron regresar a sus países en medio del brote de coronavirus. Por primera vez en muchos años, los países del oeste de Europa están observando la salida real de inmigrantes. Anteriormente, estas personas soñaban con cruzar la frontera europea para encontrar un buen trabajo. Por el momento, están haciendo todo lo posible para volver a casa. Por ejemplo, Mihaela Danaila, ciudadana de Rumania, ha estado viviendo en Europa durante nueve años y ahora planea abandonar el país. "No quiero volver a Italia porque la vida entre extraños es difícil", dijo Mihaela Danaila. “Veré qué pasa en los próximos meses. Si consigo conseguir un trabajo aquí, sería genial". Las autoridades de algunos países del este de Europa quieren beneficiarse de la situación y están tratando de persuadir a la mayoría de los ciudadanos que regresan a quedarse en su tierra natal. Por lo tanto, Rumania ya ha desarrollado un programa según el cual las personas pueden recibir subvenciones para comenzar una granja. Las autoridades del país han asignado 40 mil euros para este fin. Al mismo tiempo, en Ucrania, las personas pueden obtener préstamos a bajo interés para establecer sus propios negocios. A los serbios que regresaron se les prometieron empleos en el sector agrícola. Sin embargo, los analistas suponen que la mayoría de los antiguos inmigrantes podrían abandonar sus países nuevamente tan pronto como la situación epidemiológica en Europa se estabilice. Por ejemplo, en febrero, 360 mil búlgaros regresaron a casa. Sin embargo, 285 mil personas ya han abandonado su país nuevamente.