Arabia Saudita parece haber ganado la guerra de precios contra Rusia y Estados Unidos que se inició a principios de marzo. Sin embargo, algunos analistas lo consideran una victoria pírrica ya que los ingresos del reino por las exportaciones de petróleo han disminuido considerablemente. Esto dio un duro golpe a los ambiciosos planes del Príncipe Heredero Mohammed bin Salman para el reino. Durante la caída del precio del petróleo, los principales importadores de petróleo saudí, como Estados Unidos y algunos países asiáticos, se han abastecido de crudo barato. Como resultado, las instalaciones de almacenamiento de petróleo se llenaron en todo el mundo, mientras que la demanda mundial de petróleo disminuyó. Por un lado, los sauditas han logrado su objetivo de expulsar a los proveedores rusos y estadounidenses del mercado. Además, las perspectivas para la producción de petróleo en Estados Unidos y Rusia siguen siendo bastante pesimistas. Sin embargo, esto no parece ayudar a equilibrar el mercado ya que el suministro mundial de petróleo aún supera la demanda. Asimismo, mientras el volumen de las exportaciones de petróleo saudí se está reduciendo, también lo hace el presupuesto estatal del reino. A corto plazo, es poco probable que mejore la situación en el mercado energético. Por lo tanto, los sauditas probablemente necesitarán apretarse el cinturón y prepararse para más desafíos financieros. Para Mohammed bin Salman, esto significará el aplazamiento del ambicioso programa Saudi Vision 2030. Los objetivos principales del programa incluyen el fortalecimiento del sector de servicios públicos y la infraestructura, la inversión en proyectos innovadores y el aumento de los ingresos no petroleros. Si se interrumpe el nuevo plan de desarrollo, podría reducir el prestigio del reino.