El bitcoin ha sobrevivido después de la primera ola de coronavirus. De hecho, el mercado de criptomonedas fue mucho más resistente a la pandemia que otros mercados. Se las arregló para evitar el pánico y las fluctuaciones en los tipos de cambio. La situación general fue bastante estable.

Además, durante la cuarentena, las criptomonedas ganaron valor y se convirtieron en activos seguros para algunos inversores. Durante estas perturbaciones financieras, la tecnología de cadena de bloques alcanzó el nivel estatal y ahora puede reemplazar a los bancos comerciales debido a su transparencia, seguridad y alta velocidad. En otras palabras, la cadena de bloques es una buena solución para el mercado financiero global.

Los reguladores más grandes del mundo están promoviendo activamente la idea de sus propias monedas digitales (CBDC). "Los CBDC serán la próxima revolución en las finanzas", dijo Massimo Buonomo, experto global en cadena de bloques y criptomonedas de la Alianza de Civilización de la ONU. "Esencialmente, los CBDC serán exactamente lo mismo que el papel moneda, pero solo en forma digital."

Sin embargo, dado que los CBDC son rastreables, a algunos consumidores de mentalidad libertaria puede no gustarles el hecho de que su banco central está registrando cada transacción que realizan. Al mismo tiempo, las autoridades de casi todos los países sueñan con un control tan absoluto.

Es probable que un banco central que tenga éxito en esta esfera antes que sus socios se beneficien de la situación más que otros. Actualmente, el sistema de cadena de bloques no necesita un regulador y funciona gracias a los participantes de este sistema de pago. Es por eso que todos los reguladores deberían ofrecer una plataforma conveniente para los usuarios del sistema de pago centralizado lo antes posible.