Curiosamente, Rusia parece haber perdido su condición de principal amenaza para los países occidentales. Incluso las noticias sobre los supuestos planes maliciosos de Rusia rara vez aparecen en los titulares. El enfoque principal de Occidente se ha desplazado recientemente a China, que ahora se considera un oponente más serio.

Por ahora, la guerra se desarrolla en el frente económico. Los países intercambian sanciones, aumentan los aranceles, etc. Sin embargo, Occidente está muy preocupado por el expansionismo económico de China. El arma principal y más formidable de China en este enfrentamiento es el proyecto One Belt, One Road. Es una estrategia de desarrollo de infraestructura global adoptada por el gobierno chino en 2013 para invertir en casi 70 países y organizaciones internacionales. Esta es una amenaza real para la supremacía económica de los países del G7.

El primer ministro británico, Boris Johnson, ha prometido combatir el expansionismo económico de China creando un proyecto similar al chino. Dijo que planeaba comprometer cientos de millones de libras junto con otros países del G7. Hablando con los parlamentarios, Johnson declaró que "China ha estado comprando grandes porciones del mundo y endeudando a países de África."

El veterano diplomático estadounidense Henry Kissinger está de acuerdo con Johnson. "Si no llegamos a ese punto y si no logramos un entendimiento con China sobre ese punto, entonces estaremos en una situación similar a la de antes de la Primera Guerra Mundial en Europa, en la que existen conflictos perennes que se resuelven de forma inmediata, pero uno de ellos se sale de control en algún momento. Es infinitamente más peligroso ahora que entonces”, enfatizó.