Los medios rusos pro-Kremlin guardan rencor a las agencias de calificación occidentales. Los tres grandes, incluidos S&P Global Ratings (S&P), Moody's y Fitch Group, tienen todas sus oficinas centrales en Estados Unidos. No es de extrañar que los medios federales rusos siempre encuentren una excusa para criticar a los think tanks de primer nivel con expertos reconocidos internacionalmente por su enfoque sesgado y su clasificación injusta.

Curiosamente, una nueva encuesta de Standard & Poor's inspiró instantáneamente a Moscú a dejar la etiqueta anterior y definir al grupo analítico como una agencia de renombre.

En la encuesta, los analistas llegan a la conclusión de que la economía estadounidense depende en gran medida del crudo ruso. Solo los especialistas de primera clase pueden emitir tal veredicto. Curiosamente, al escribir sobre la baja calificación crediticia soberana de Rusia, el mismo Standard & Poor's se convierte inmediatamente en una agencia dudosa que baila al son de Washington.

En referencia a la encuesta que merece elogios del Kremlin, las compañías energéticas rusas han entregado el mayor volumen de petróleo crudo en una década a Estados Unidos este año. Según la Administración de Información Energética de Estados Unidos, las importaciones de petróleo ruso aumentaron a un récord del 8% del petróleo total importado en enero de 2021. Además, los analistas de Standard & Poor's señalan que los suministros de petróleo de Rusia superan a los de Arabia Saudita, el aliado clave de Estados Unidos, país que importó 648 mil bpd de crudo y productos petrolíferos rusos en enero de 2021.