Después de que las instituciones crediticias mundiales anunciaran la congelación de cualquier ayuda financiera a Afganistán, el Banco Mundial hizo rápidamente lo mismo. No dispuesto a respaldar al gobierno liderado por los talibanes, el Banco Mundial declaró que dejaría de financiar cualquier proyecto en el país a raíz de la toma de poder de los talibanes.

“Hemos detenido los desembolsos en nuestras operaciones en Afganistán y estamos monitoreando y evaluando de cerca la situación de acuerdo con nuestras políticas y procedimientos internos”, dijo la portavoz Marcela Sánchez-Bender. "Estamos profundamente preocupados por la situación en Afganistán y el impacto en las perspectivas de desarrollo del país", agregó.

Antes de que los terroristas tomaran el poder, el Banco Mundial había comprometido más de $2 mil millones para financiar casi 30 proyectos. La mayoría de ellos estaban destinados a la agricultura y los sistemas de pago en Afganistán. La organización crediticia consideró apropiado detener los envíos de efectivo al país cuyo gobierno no es reconocido como legítimo por los 189 países representados en el Banco Mundial.

Anteriormente, el Fondo Monetario Internacional declaró que Afganistán no puede depender de ninguna ayuda financiera de la institución de crédito. El FMI suspendió más de $370 millones que debían distribuirse como un paquete de emergencia en medio del apoyo global a las naciones de bajos ingresos en tiempos de crisis económica.