China se ha beneficiado inesperadamente de un acuerdo comercial, según el cual Pekín se compromete a comprar cierta cantidad de gas natural de Washington. Cuando se firmó el acuerdo, los suministros de gas de Estados Unidos parecían ser una carga. Sin embargo, durante la crisis energética actual, es una buena ganga.

Los acuerdos para el suministro de gas estadounidense se alcanzaron en 2019. En ese momento, parecía una victoria estadounidense en la guerra comercial con la República Popular de China. Sin embargo, durante la crisis energética, este acuerdo ahora parece la carta de triunfo de Pekín. Las empresas estadounidenses no pueden incumplir sus compromisos de suministro, ya que esto las amenazaría con demandas multimillonarias. Por lo tanto, no solo EE. UU., sino también Australia y Qatar suministrarán gas natural licuado a China. Los gaseros, que regresan a las terminales de Australia, Qatar y EE. UU. a principios de octubre, solo podrán zarpar hacia Europa si los chinos no vuelven a ofrecer un precio más alto.

La estrategia europea de diversificación energética desencadenó una crisis energética. En lugar de depender del gasoducto de Rusia, los países de la UE y el Reino Unido han intentado utilizar tecnología verde y gas licuado. Sin embargo, el clima ha frustrado las esperanzas de generación eólica de los países, y los acuerdos de GNL de China con EE. UU. han provocado una escasez de combustible en la UE de 20.000 millones de metros cúbicos.