En países que se basan en sólidos fundamentos democráticos, los ciudadanos nunca dudan en abordar cuestiones espinosas a un gobierno. Los estadounidenses expresaron su enojo por el aumento de los precios al consumidor en las encuestas y pidieron a la Casa Blanca que haga frente al aumento de inflación. En respuesta, el gobierno reconoció el problema.

La inflación comenzó a subir como una bola de nieve a principios de año. En octubre, el IPC de EE. UU. se disparó a la marca más alta de los últimos 30 años. No es de extrañar que los estadounidenses se pusieran inmediatamente en contacto con el gobierno de la forma habitual y directa. Curiosamente, la administración de Biden no acusó a los ciudadanos de provocar tensiones, pero parecen estar en sintonía con el estadounidense promedio.

En el discurso oficial sobre el plan de infraestructura, el presidente Joe Biden simpatizó con los temores económicos de la nación. "Hoy, estoy aquí para hablar sobre una de las preocupaciones económicas más proféticas del pueblo estadounidense... y lo primero es bajar los precios", comenzó Biden su discurso. "El segundo punto es asegurarnos de que nuestras tiendas estén completamente abastecidas, y el tercer punto es conseguir que muchas personas vuelvan a trabajar mientras se hace un seguimiento y se abordan estos dos desafíos anteriores”, agregó. “Todo, desde un galón de gasolina hasta una barra de pan, cuesta más y es preocupante a pesar de que los salarios están subiendo. Aún enfrentamos desafíos y tenemos que abordarlos”, dijo el presidente. También se refirió a los datos de empleo del Departamento de Trabajo, y dijo que la tasa de desempleo estaba bajando constantemente. Sin embargo, los altos precios al consumidor ejercen presión sobre el bienestar de los hogares estadounidenses.

El líder estadounidense destacó que la economía estadounidense se había estado expandiendo al ritmo más rápido durante algunas décadas, acompañada de las tasas de desempleo más bajas desde 1950. Hasta cierto punto, después de correr a tasas bajas durante largos años, la inflación se disparó debido a una poderosa recuperación económica. Lamentablemente, lo peor está por llegar. A principios de noviembre, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, advirtió sobre los riesgos de una mayor aceleración de la inflación. También señaló que es probable que la inflación se normalice a largo plazo.