Las condiciones actuales y el sentido común están obligando al presidente Joe Biden a resolver el problema creado por su antecesor Donald Trump, quien inició una guerra comercial con China. La situación global ha cambiado tan considerablemente que ahora Washington no puede permitirse una guerra con Beijing.

La inflación récord y la crisis económica que se avecina están obligando que la Casa Blanca busque acuerdos con las autoridades chinas sobre los aranceles a los productos chinos impuestos por Donald Trump. Según el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, el presidente de los EE.UU. está tratando de encontrar formas de resolver este problema. “Al presidente se le han presentado diferentes puntos de vista sobre esto. Ha buscado más información y está considerando activamente las opciones. No hay un plazo al respecto y no espero que lo haya tampoco, esto continuará indefinidamente. Él tomará una decisión”, dijo el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan. Hace algún tiempo, la secretaria de Comercio de EE.UU., Gina Raimondo, expresó una versión similar, al afirmar que el presidente Biden dio instrucciones a ella y a otros jefes de departamentos a analizar este tema. El conflicto entre los países se intensificó debido a la administración de Trump. Casi dos tercios de todas las importaciones de China, o aproximadamente $370 mil millones en bienes anuales, estaban cubiertos por aranceles. Según los medios de comunicación de EE.UU., desde principios de julio de 2018, los importadores de EE.UU. han perdido alrededor de $100 mil millones y la mayoría de ellos tuvo que romper las cadenas de suministro.