Según la encuesta realizada por Ipsos y ABC News, el 69% de los ciudadanos estadounidenses supone que la situación económica actual es crítica. La mayoría de los encuestados piensa que la economía del país se está desplomando en medio de una alta inflación, que está ejerciendo presión sobre el dólar.

La encuesta reveló que alrededor del 70% de los estadounidenses temen que la situación pueda empeorar aún más. Según los analistas, es el nivel más alto de los últimos 14 años. Además, la mayoría de los encuestados desaprueba las medidas tomadas por el presidente Joe Biden para combatir la creciente inflación.

“Más de dos tercios (69%) de los estadounidenses piensan que la economía de la nación está empeorando, la medida más alta que ha alcanzado desde 2008, cuando fue del 82% en una encuesta de ABC News/Washington Post”, escribió ABC News. Al mismo tiempo, solo el 12% piensa que la situación económica está mejorando, mientras que el 18% supone que “esencialmente se mantiene igual”.

En particular, desde principios de 2022, EE.UU. ha informado un aumento de la inflación y una caída del PIB. En el primer trimestre del año, el PIB se desplomó un 1,6%, mientras que en el segundo trimestre lo hizo un 0,9%. En junio, la inflación local subió a 9,1% anual, alcanzando el nivel más alto visto por última vez hace 40 años. Los datos del Departamento de Comercio de EE.UU. revelaron que tal caída fue causada por menores inversiones comerciales y formación bruta de capital fijo en medio de la liberación de reservas de petróleo.

Anteriormente, el presidente Joe Biden llamó a la inflación la "pesadilla" de los EE.UU. Sin embargo, todavía cree que es posible evitar la recesión. Incluso afirmó que Estados Unidos estaba “en una posición más fuerte que cualquier nación del mundo para superar esta inflación”. La secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet Yellen, apoya con entusiasmo las ideas del jefe de Estado. No hace mucho tiempo, enfatizó que el gasto de consumo e inversión había aumentado. Es más, a finales de julio, Yellen declaró que la economía de EE.UU. estaba volviendo a la normalidad, mostrando un crecimiento estable.