Esta semana, el oro cayó a un mínimo de 2 meses bajo la presión de un dólar estadounidense más fuerte. Sin embargo, el metal precioso aún conserva un alto potencial alcista. Averigüemos por qué.

El oro se recuperó ligeramente el jueves después de que las cotizaciones rompieran la marca clave de $1900 el día anterior y se precipitaran a la baja. Los futuros de junio subieron un 0,1%, o $2,60, ayer. Sin embargo, aún no lograron superar el importante nivel psicológico. Al cierre de la sesión cotizaban a $1891,30.

El activo amarillo fue respaldado por los datos del PIB en los EE. UU. para el primer trimestre. Un déficit comercial récord, los recortes en el gasto público y la disminución de los inventarios dieron como resultado una caída interanual del 1,4 %.

El dólar estadounidense sigue siendo el principal factor limitante para el oro. La moneda estadounidense continúa su repunte sin precedentes, destruyendo todo a su paso.

En operaciones recientes, el índice del dólar estadounidense saltó a un máximo de 5 años. El dólar se fortaleció considerablemente frente al yen y el euro.

La moneda japonesa cayó bruscamente después de que el BOJ decidiera mantener el rendimiento de los bonos del gobierno en 0,25% mediante la compra de una cantidad ilimitada de bonos a 10 años.

A diferencia del Banco de Japón, la Reserva Federal de Estados Unidos está endureciendo su política monetaria. Los mercados ahora esperan que el regulador estadounidense suba las tasas en medio punto porcentual en su reunión de mayo.

La postura agresiva de la Fed estimula el crecimiento de los rendimientos de los bonos del gobierno, lo que tiene un efecto positivo en el dólar estadounidense y un efecto opuesto en el oro.

Además, recientemente, el oro ha estado perdiendo la batalla frente al dólar por el estatus de mejor activo refugio.

La escalada del conflicto ruso-ucraniano, así como el brote de COVID-19 en China, obligaron a los inversores a huir de los activos de riesgo esta semana. Sin embargo, el oro apenas se ha beneficiado de la caída del mercado de valores. El dólar resultó ser el único ganador aquí.

Sin embargo, el metal precioso sigue siendo atractivo para los inversores. El jueves, el Consejo Mundial del Oro dijo que la demanda de oro aumentó más del 30% en el primer trimestre en comparación con el mismo período de 2021.

Ahora, la perspectiva a largo plazo para el oro parece bastante optimista. Según los expertos, hay 3 razones por las que el oro puede mostrar una tendencia alcista constante este año.

Inflación

Los analistas de Scotiabank esperan que el actual conflicto entre Rusia y Ucrania provoque un aumento aún mayor de los precios de las materias primas. En particular, el aumento generalizado de los precios del petróleo mantendrá alta la inflación en muchos países del mundo, incluido Estados Unidos.

A pesar de que EE. UU. ya se ha embarcado en el camino del endurecimiento monetario, existe un gran riesgo de que la Fed ya llegue tarde para abordar la inflación a tiempo dicen los expertos. Han elevado su pronóstico de mitad de año para el metal precioso desde la estimación anterior de $1800.

Resiliencia

Otro aspecto positivo es el hecho de que el oro ha logrado subir en 2022 a pesar de una perspectiva cada vez más dura de la política de la Fed. Desde principios de año, el metal precioso se ha apreciado un 3,6%. Por el contrario, Bitcoin ha caído un 13% durante el mismo período, mientras que el índice bursátil NASDAQ perdió alrededor de un 19%.

Aparte del factor geopolítico, los principales índices bursátiles y de criptomonedas también retrocedieron ante las expectativas de una política más agresiva por parte de la Fed. Mientras tanto, los precios del oro apenas han reaccionado al entorno macroeconómico y se han mantenido relativamente estables.

Reducción de la oferta

Además, el valor del metal precioso puede aumentar en medio de informes sobre la reducción de la oferta. El año pasado, la oferta cayó un 1% debido a una fuerte caída en el reciclaje que compensó con creces la mayor producción minera.

Históricamente, una caída en la oferta (por ejemplo, entre 2000 y 2008) siempre ha precedido a una carrera alcista de varios años en el mercado del oro. Por lo tanto, el gran repunte tan esperado del metal precioso aún está por llegar.